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Cronicas de una maestria. Cap. I

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Lo prometido es deuda, asi que les hago llegar el taeser de esta su nueva digi-novela, el capitulo se ira aumentando hasta terminarlo, son alrededor de 8-10 capitulos (Si es que no me da weba), disfruten.

Noviembre 2009, es extraño como siempre en tenido esta extraña atracción hacia estos lugares, observo alrededor de mi, y pienso – Es asombroso la cantidad de gente rara como yo en estos lugares- mientras mi cerebro manda al hipotálamo esta idea, el humo de un cigarrillo se mueve frenéticamente como si se tratara de una avalancha dentro de mi garganta hasta inundar totalmente mis pulmones, inconscientemente tomo un sorbo de café para aminorar los efectos de este sublime vicio.

Mientras me encuentro absorto con una cuchara y una servilleta, escucho un leve murmullo, al voltear la cabeza encuentro la fuente de dicho murmullo, es una mesera, la observo analíticamente mientras ella sigue repitiendo el mismo murmullo una y otra vez, alta, delgada, piel apiñonada y lleva puesto esos ridículos uniformes que hoy en día las obligan a utilizar, una minifalda negra, una camiseta polo con el símbolo del café – que un seudo diseñador grafico quizás le haya parecido cool un mandil blanco donde tiene su bloc de notas y finalmente el everest de lo ridículo, un adorno en la cabeza para simular a una sirvienta de principios de siglo XIX, al volver en mi el murmullo se escucha cada vez mas frenético hasta adquirir un significado, - desea usted algo mas joven – pregunta la mesera, - No gracias, es todo – respondo, ella asiente con una sonrisa, algo fingida pero obligada, mientras empieza su recorrido mesa por mesa – es gracioso, casi juraría que era ella- dicto esta oración internamente mientras coloco la boquilla del cigarrillo en el cenicero y camino hacia la salida del establecimiento.

Al salir del café, el frió de Noviembre me obliga a encender otro cigarrillo, - demonios, este maldito frió acabara con mis pulmones – pienso mientras me abotono el saco y me acomodo la bufanda, - Desde el maremoto en Australia, juro que cada día mas este mundo esta mas loco solo falta que los muertos caminen sobre la tierra – mientras profano esas palabras siento como toman mi brazo y lo acercan a su pecho, y un escalofrió recorre todo mi cuerpo, recuerdo como lo hacia ella, y lo tierna que se observaba, parecía una niña indefensa queriendo cruzar una avenida congestionada, observo rápidamente quien fue capaz de aflorar tal sentimiento en mi, y es una niña de unos 9 años con los ojos llorosos y mejillas rojas – no encuentro a mi mama, me ayudas a buscarla por favor – suplica la infante, a lo que yo solo asiento con la cabeza, caminamos tres calles abajo en la misma posición, hasta llegar a la plaza publica de la ciudad donde un lado de un viejecillo que vende libros usados, se encontraba una señora de 40 años angustiada, su semblante se observaba bastante critico, su tez pálido no hacia juego con los ojos rojos como si hubiera estado llorando por una semana, se notaba que gritaba algo pero no escuchaba nada – esa es mi mama – responde la niña, jalándome con ansia hasta allá, distrayendo mi pensamiento con su jovial desmesura, - mama mama mama- exclama la niña, mientras la madre como si dios le diera una segunda oportunidad corre a su hija – muchas gracias joven, me ha regresado el alma al cuerpo- exclama la señora – de nada, fue un placer compartir esta caminata con su pequeña hija- respondo. Sin darme cuenta de la situación termino enfrente del local de libros usados, - otro hobbie clásico de ella - pienso, mientras enciendo otro cigarrillo y me dirijo a mi automóvil 3 calles hacia arriba, durante la trayectoria hacia mi automóvil pienso en lo cruel del destino, y recuerdo donde empezó todo, el principio del fin un día caluroso de verano del 2006 tres años atrás, donde toda mi vida empezó a caer espiral abajo.


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